ATENCIÓN: ESTE INICIATIVA SE HA DESARROLLADO EN EL MARCO DEL PROGRAMA “LUCES DE BARRIO 2016” DEL “ÁREA DE HÁBITAT URBANO, CULTURA Y TURISMO DEL AYUNTAMIENTO DE SEVILLA”, COMISIONADO POR NOMAD GARDEN, RELATADO POR SURNAMES Y PRODUCIDO POR EL MANDAITO. SU REALIZACIÓN HA SIDO POSIBLE GRACIAS A LA COLABORACIÓN ENTRE CTRL+Z CON SCENOTEKNIAB, LOS PMAR DEL IES JOAQUÍN ROMERO MURUBE Y LA ASOCIACIÓN VERDES DEL SUR.
Al entrar por primera vez en el patio del I.E.S. Joaquín Romero Murube, en la Barriada Murillo del Polígono Sur de Sevilla, nos encontramos con dos huertas. La primera se configura como una herramienta didáctica a través de la que se desarrollan diferentes programas PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y Rendimiento) del centro escolar. La segunda corresponde a una iniciativa productiva de soberanía alimentaria y autoabastecimiento de la Asociación Verdes del Sur, que también se ocupa de un invernadero para desarrollar un proyecto de investigación sobre el uso de la acuaponía con enfoque social.
Hoy en día se han añadido una estructura geodésica de persianas de cuatro metros de diámetro, y el equipamiento de madera “Sorbole” de casi ocho metros, cubierto de lona, que alberga un suelo de inercia mejorada y un banco de veintiuno metros de superadobe.
Se realizaron en el marco del programa Luces de Barrio 2016 al que fuimos invitados a participar. La iniciativa, que celebra este año su segunda edición, se propone “iluminar lugares urbanos ejemplares, cuidados y cultivados por colectivos cívicos”. Los comisarios abinaron Ctrl+Z con la huerta de la Barriada Murillo y fue así que empezamos a conocer el barrio y los agente sociales que la rodean.
Se contactó entonces a scenotekniaB para establecer una colaboración que nos permitiese ampliar los recursos del equipo sobretodo en vista de la inauguración y de los aspectos lumínicos que esta requería. Sus aportaciones, pero, no se limitaron a las especificas de sus formación, sino que se convirtió en un motor importante para la realización del proyecto a 360º, aportando además energías e entusiasmo. Diversofoto cubrió el montaje y se unió activamente en algunas fases de la construcción.
Se realizaron en el marco del programa Luces de Barrio 2016 al que fuimos invitados a participar. La iniciativa, que celebra este año su segunda edición, se propone “iluminar lugares urbanos ejemplares, cuidados y cultivados por colectivos cívicos”. Los comisarios abinaron Ctrl+Z con la huerta de la Barriada Murillo y fue así que empezamos a conocer el barrio y los agente sociales que la rodean.
Se contactó entonces a scenotekniaB para establecer una colaboración que nos permitiese ampliar los recursos del equipo sobretodo en vista de la inauguración y de los aspectos lumínicos que esta requería. Sus aportaciones, pero, no se limitaron a las especificas de sus formación, sino que se convirtió en un motor importante para la realización del proyecto a 360º, aportando además energías e entusiasmo. Diversofoto cubrió el montaje y se unió activamente en algunas fases de la construcción.
Al entrar por primera vez en el patio del I.E.S. Joaquín Romero Murube, en la Barriada Murillo del Polígono Sur de Sevilla, nos encontramos con dos huertas. La primera se configura como una herramienta didáctica a través de la que se desarrollan diferentes programas PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y Rendimiento) del centro escolar. La segunda corresponde a una iniciativa productiva de soberanía alimentaria y autoabastecimiento de la Asociación Verdes del Sur, que también se ocupa de un invernadero para desarrollar un proyecto de investigación sobre el uso de la acuaponía con enfoque social.
Hoy en día se han añadido una estructura geodésica de persianas de cuatro metros de diámetro, y el equipamiento de madera “Sorbole” de casi ocho metros, cubierto de lona, que alberga un suelo de inercia mejorada y un banco de veintiuno metros de superadobe.
Se realizaron en el marco del programa Luces de Barrio 2016 al que fuimos invitados a participar. La iniciativa, que celebra este año su segunda edición, se propone “iluminar lugares urbanos ejemplares, cuidados y cultivados por colectivos cívicos”. Los comisarios abinaron Ctrl+Z con la huerta de la Barriada Murillo y fue así que empezamos a conocer el barrio y los agente sociales que la rodean.
Se contactó entonces a scenotekniaB para establecer una colaboración que nos permitiese ampliar los recursos del equipo sobretodo en vista de la inauguración y de los aspectos lumínicos que esta requería. Sus aportaciones, pero, no se limitaron a las especificas de sus formación, sino que se convirtió en un motor importante para la realización del proyecto a 360º, aportando además energías e entusiasmo. Diversofoto cubrió el montaje y se unió activamente en algunas fases de la construcción.
Menos de cinco kilómetros separan el “Polígono Sur” de la Plaza Nueva, la principal plaza de Sevilla y sede del Ayuntamiento. Popularmente se le conoce con apodos como “las Tres Mil Viviendas” o “Las Vegas”, apodos cargados de exclusión social en el imaginario colectivo. Se asocian inmediatamente a la venta y uso de drogas, a la marginación y a la ilegalidad, y crean profundas barreras sociales que separan este barrio de la ciudad mucho más de lo que la distancia geográfica que los separa físicamente. Es casi otra ciudad, una ciudad apartada y olvidada que la mayoría de los sevillanos nunca ha visitado y no tiene intención de hacerlo, salvo para buscar la misma ilegalidad que lleva a muchos a señalarla con el dedo.
El Polígono Sur se compone de seis barriadas, cada una de las cuales se construyó en tiempos y con modalidades diferentes desde esquemas cooperativistas hasta los de viviendas sociales. La iniciativa se situaba en una de ellas, la “Barriada Murillo” nombrada en honor del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, cuyos colores favoritos están reflejados en las fachadas de las diferentes partes que la componen dándole nombre: “Los Marrones”, “Los Amarillos”, ect…
Desde la primera visita nos enfrentamos a una realidad muy diferente a la que nos había llegado retratada por los medios de comunicación. Entramos en contacto con proyectos locales de soberanía alimentaria, de investigación universitaria, de autoempleo y de enseñanza especial y específica, etc.
Juntos con sus impulsores, estructuramos y desarrollamos la propuesta.
Menos de cinco kilómetros separan el “Polígono Sur” de la Plaza Nueva, la principal plaza de Sevilla y sede del Ayuntamiento. Popularmente se le conoce con apodos como “las Tres Mil Viviendas” o “Las Vegas”, apodos cargados de exclusión social en el imaginario colectivo. Se asocian inmediatamente a la venta y uso de drogas, a la marginación y a la ilegalidad, y crean profundas barreras sociales que separan este barrio de la ciudad mucho más de lo que la distancia geográfica que los separa físicamente. Es casi otra ciudad, una ciudad apartada y olvidada que la mayoría de los sevillanos nunca ha visitado y no tiene intención de hacerlo, salvo para buscar la misma ilegalidad que lleva a muchos a señalarla con el dedo.
El Polígono Sur se compone de seis barriadas, cada una de las cuales se construyó en tiempos y con modalidades diferentes desde esquemas cooperativistas hasta los de viviendas sociales. La iniciativa se situaba en una de ellas, la “Barriada Murillo” nombrada en honor del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, cuyos colores favoritos están reflejados en las fachadas de las diferentes partes que la componen dándole nombre: “Los Marrones”, “Los Amarillos”, ect…
Desde la primera visita nos enfrentamos a una realidad muy diferente a la que nos había llegado retratada por los medios de comunicación. Entramos en contacto con proyectos locales de soberanía alimentaria, de investigación universitaria, de autoempleo y de enseñanza especial y específica, etc.
Juntos con sus impulsores, estructuramos y desarrollamos la propuesta.
A pesar del dinamismo que las rodea, las huertas asignadas, siendo de implantación reciente, padecen una cierta falta de infraestructuras. A partir de ideas muy dispares, las conversaciones nos llevaron finalmente a enfocar la iniciativa en la construcción de una zona de sombra, reunión y descanso, a servicio ambos de la Asociación y del Instituto en el que se ubica.
Las huertas y la comunidad asignadas poseen sus propias particularidades e idiosincrasia. Las huertas del IES Murube no son un espacio de ocio, sino de autoconsumo y educación y la comunidad no busca subvenciones ni asistencialismo, sino que la autosuficiencia y el empoderamiento.
Sus actitudes se casaban entonces a la perfección con los esquemas de trabajo, de formación, empoderamiento y construcción, que Ctrl+Z pretende promover. La intervención se estructuró en torno a estos ejes, con un programa de formación para la autoconstrucción de algunos de los equipamientos que reclamaban para sus actividades, como pretexto para empoderar a los agentes locales en técnicas constructivas lowtech, basadas en materiales localmente accesibles, que les serían útiles para seguir con este y otros proyectos en el futuro. Todas las actividades formativas serían completamente gratuitas para los participantes.
La iniciativa se centró principalmente en dos técnicas, las estructuras geodésicas y el superadobe y se desarrolló a través de dos canales de formación: uno para los jóvenes estudiantes del PMAR y otro para los adultos, principalmente de Verdes del Sur. Estos canales no se han llevado a cabo de forma independiente, sino que se han articulado como vasos comunicantes, retroalimentándose y estableciendo sinergias.
En el caso de las estructuras geodésicas, los adultos nos han acompañado en la realización de los talleres para jóvenes, entrando así en contacto con los conocimientos necesarios para la realización de una estructura de mayor complejidad. Esto, a su vez, sirvió de ejemplo para los estudiantes y les muestra lo que se puede lograr con los conocimientos adquiridos. En el caso del superadobe, el recorrido ha sido inverso: los adultos se han formado en la técnica y nos acompañarán como formadores en la actividad en la que los estudiantes del PMAR construirán la base de un invernadero, un pequeño banco o un arriate.
La primera etapa del programa consistió en la organización de un taller de geometrías geodésicas dirigido a los alumnos del PMAR. Esto fue posible gracias a la disponibilidad y colaboración de los profesores encargados del programa, con los que se consensuaron los contenidos para calibrarlos correctamente al nivel de los alumnos.
Este taller ha sido fundamental para empezar a conocer y a trabajar juntos con los profesores del instituto y con los Verdes del Sur, de cara a la construcción de una estructura de mayor envergadura en el siguiente taller, en el que se construirá la estructura de madera de “Sorbole”.
Parte de la actividad de Ctrl+Z consiste en investigar sobre sistemas que permitan la simplificación en la construcción de estructuras geodésicas habitables. Las experiencias constructivas anteriores nos habían sugerido que las complicaciones y la patologías que se experimentan con este tipo de construcciones son introducidas por errores conceptuales en su concepción y diseño, así como a la falta de esmero en la planificación de su construcción.
Una vez más, apostamos por basarnos en elementos ligeros, de fácil transporte, cuya preparación requiera operaciones simples y repetitivas y que no requieran el empleo de medios auxiliares o herramientas específicas, habilidades particulares o fuerza física.
Partiendo de estos supuestos llegamos así al diseño del equipamiento para huertas urbanas “Sorbole”, compuesto por una estructura geodésica y un banco de superadobe. La estructura, que utiliza la geometría de las “rotegrity”, lejos de basarse en consideraciones estéticas, parte de la búsqueda de un sistema constructivo de fácil preparación y montaje.
Esto no va, pero, en detrimento de la estética o de la calidad de los espacios que se van creando, que configuran entornos y geometrías muy llamativos, mientras se nutren de las energías del barrio y establecen una relación de identidad con este. A partir de piezas de madera del tamaño de tableros de palés se cubre una luz de casi ocho metros.
La primera etapa del programa consistió en la organización de un taller de geometrías geodésicas dirigido a los alumnos del PMAR. Esto fue posible gracias a la disponibilidad y colaboración de los profesores encargados del programa, con los que se consensuaron los contenidos para calibrarlos correctamente al nivel de los alumnos.
Este taller ha sido fundamental para empezar a conocer y a trabajar juntos con los profesores del instituto y con los Verdes del Sur, de cara a la construcción de una estructura de mayor envergadura en el siguiente taller, en el que se construirá la estructura de madera de “Sorbole”.
Parte de la actividad de Ctrl+Z consiste en investigar sobre sistemas que permitan la simplificación en la construcción de estructuras geodésicas habitables. Las experiencias constructivas anteriores nos habían sugerido que las complicaciones y la patologías que se experimentan con este tipo de construcciones son introducidas por errores conceptuales en su concepción y diseño, así como a la falta de esmero en la planificación de su construcción.
Una vez más, apostamos por basarnos en elementos ligeros, de fácil transporte, cuya preparación requiera operaciones simples y repetitivas y que no requieran el empleo de medios auxiliares o herramientas específicas, habilidades particulares o fuerza física.
Partiendo de estos supuestos llegamos así al diseño del equipamiento para huertas urbanas “Sorbole”, compuesto por una estructura geodésica y un banco de superadobe. La estructura, que utiliza la geometría de las “rotegrity”, lejos de basarse en consideraciones estéticas, parte de la búsqueda de un sistema constructivo de fácil preparación y montaje.
Esto no va, pero, en detrimento de la estética o de la calidad de los espacios que se van creando, que configuran entornos y geometrías muy llamativos, mientras se nutren de las energías del barrio y establecen una relación de identidad con este. A partir de piezas de madera del tamaño de tableros de palés se cubre una luz de casi ocho metros.
Para construir un espacio similar con vigas y pilares se necesitaría de una grúa y de mano de obra especializada, por lo que los vecinos pasarían a ser meros espectadores de un espectáculo poco interesante y ya no educativo. Al mismo tiempo, esto invalidaría la posibilidad de que la propia comunidad gestionara la propuesta. No solo se aspiraba a crear un espacio “para” los ciudadanos del barrio, sino también a transmitirles los conocimientos y la tecnología necesarios para mantenerlo “por” ellos mismos.
El montaje se realizó en dos días sin incidencias, lo que demuestra que una buena planificación de permite la inclusión de personas sin formación previa como protagonistas en la construcción de estructuras que, en apariencia, resultan muy complicadas. El éxito de este montaje valida los protocolos de transferencia tecnológica que Ctrl+Z ha estado desarrollando sobre estos sistemas constructivos en los últimos años.
La estructura está cubierta con lona ignífuga. El diseño de la lona se ha trazado para proteger el interior del sol estival y permitir que entre durante el invierno. Al mismo tiempo, el diseño permite que el interior sea siempre visible desde el colegio y cumplir así con las exigencias de seguridad trasladadas por la dirección del centro. Los polígonos se han dejado descubiertos para crear así un patrón que promueva la circulación del aire y la sensación de confort.
El compromiso, el entusiasmo y las ganas de aprender de los participantes fueron fundamentales en algunas elecciones de proyecto, ya que permitieron asumir tareas que en principio no se iban a acometer. Había una lista de posibilidades entre las que elegir.
Finalmente, gracias a ellos nos vimos “obligados” a llevar a cabo casi todas. Se podría decir que, al aportar sus energías, hicieron que trabajáramos más de lo previsto.
Una de las actividades que estaba en duda era el curso de superadobe para construir el banco. Tras el posicionamiento de la cúpula sobre la cimentación, se barajó la posibilidad de no realizar este curso y de optar por soluciones alternativas.
En Ctrl+Z estábamos firmemente convencidos de la importancia de la formación en esta técnica de construcción en tierra para el futuro desarrollo de la comunidad. Conocer el superadobe les permitirá, en el futuro, de colonizar el parque Guadaira, cuyas parcelas se seguirán asignando a lo largo de 2017, para la construcción de elementos funcionales y de paisajismo, como planteros y pequeños equipamientos, como técnica principal y/o a soporte de otras.
Exactamente cuando el cansancio se asomaba, la comunidad local y la extensa respaldaron la iniciativa. Verdes del Sur y scenotekniaB dieron un decidido paso adelante comprometiéndose a aportar fuerzas; los profesores del PMAR encontraron la hormigonera, pieza clave que tardaba en aparecer de forma preocupante, y la trajeron al instituto con sus propios medios. Además, el Pelícano Mecánico preparó los compactadores y diferentes personas ligadas a la autoconstrucción y a la permacultura urbana se interesaron por conocer la técnica y se apuntaron rápidamente a nuestra convocatoria.
Todas estas aportaciones han permitido llevar a cabo el curso introductorio a la técnica con la construcción del “Banco Sur”, el banco con forma de “S” que recorre el espacio interior de y exterior del equipamiento, donde se podrá sentarse al sol o a la sombra, según la estación.
Todas estas aportaciones han permitido llevar a cabo el curso introductorio a la técnica con la construcción del “Banco Sur”, el banco con forma de “S” que recorre el espacio interior de y exterior del equipamiento, donde se podrá sentarse al sol o a la sombra, según la estación.
El diseño del banco incluye un espacio entre este y la cúpula.
Por un lado, esto evita que reciba directamente la radiación solar en verano, lo que implicaría acumular una gran cantidad de calor; por otro, en el espacio creado se sembrarán plantas que contribuirán a regular la temperatura interior gracias a la evaporación. En un primer momento, se han plantado “chicharos” para abrir el terreno y prepararlo para otros cultivos en primavera.
El suelo interior se ha levantado por encima del nivel del terreno circundante para evitar encharcamientos, y se ha aprovechado el espacio creado para enterrar cerca de 600 botellas de cristal llenas de agua. Estas botellas se han colocado de forma que no se encuentren en las zonas de la pavimentación que reciben radiación solar en verano.
El agua tiene un calor específico mucho mayor que el del terreno, por lo que experimenta cambios de temperatura más lentos y suaves. Su masa térmica ayuda a limitar los cambios de temperatura y, por tanto, contribuye al confort térmico del equipamiento.
Se nos pidió una intervención artística para la iluminación navideña del barrio y, en nuestra visión, eso se transformó en un programa para empoderar tanto a adultos como a niños mediante la enseñanza de diferentes técnicas de construcción de baja tecnología. Construimos junto con ellos algunos equipamientos necesarios para sus propias actividades y, al mismo tiempo, se le ha proporcionado herramientas y materiales para que puedan utilizar estas técnicas de forma independiente en el futuro.
Siempre nos gusta apoyar iniciativas ya activas en un territorio, a soporte de personas que ya están trabajando y comprometidas a nivel local con un objetivo común, de esta forma se crean iniciativas resilientes y con perspectiva de continuidad. En este caso, la comunidad, que rechazó el asistencialismo, reclamaba oportunidades y ha demostrado con los hechos, y no solo con palabras, que puede asumir con éxito un papel protagonista en la construcción de su entorno.
Una vez más, decidimos enfocar menos en los volúmenes y en los materiales y mucho más en la gente. Su implicación demuestra que la gente se interesa por la arquitectura cuando esta demuestra interés por la gente, y eso nos anima a seguir produciendo arquitecturas para y con la gente.
Desde el principio, los equipamientos se concibieron como una herramienta para la formación y el empoderamiento construida con, por y para los agentes sociales involucrados. Por eso, siguiendo su filosofía de trabajo, su forma de entender la ciudad y los procesos participativos, Ctrl+Z los ha oficialmente cedido en uso compartido al Instituto Murube y a la Asociación Verdes del Sur. Se entiende la cesión como la entrega de los frutos del trabajo propio de los agentes locales involucrados y de unos recursos que, en nuestra visión, tienen más sentido en sus manos que en las nuestras. Confiamos en que los llenen de vida y que los disfruten en pro de la comunidad.
Las arquitecturas que producimos cobran significado cuando están llenas de vida y es, por eso, la gente la que dota a estos espacios y iniciativas de sentido. Nada es sostenible si no se utiliza y los equipamientos infrautilizados se degradan rápidamente.
En la cúpula de madera, el orden y la organización de cada pieza de madera permiten su construcción y dotan el conjunto de una fuerza mucho superior que la de sus elementos constitutivos. El montaje de cada una de las piezas es sencillo, casi irrelevante.
Procesos similares ocurren con los habitantes a la hora de la construcción sociocultural y de la significación los barrios y de sus espacios; todo es cuestión de equilibrios, energías y organización. Los vecinos construyen los barrios día a día con pequeños trabajos diarios, con trabajos casi anónimos. La suma de todos ellos, su orden y su organización contribuyen a crear de una comunidad fuerte y de un barrio mejor.
Poco a poco tabla a tabla y cubo a cubo, gracias a la organización de la obra y de la comunidad, la suma de estas acciones acciones diarias, simples, repetitivas y cotidianas, ha construido realidades y conjuntos que superan con creces la suma de las acciones individuales y de las potencialidades de los elementos que los constituyen.
Los vecinos seguirán escribiendo una nueva narrativa para su realidad, una narrativa que ya llevan mucho tiempo escribiendo tilapia a tilapia, plantón a plantón. Esperamos que nuestra aportación les ayude a expandir y difundir su trabajo y que reciba el merecido reconocimiento a todos los niveles.
Las técnicas y los materiales utilizados así como las acciones emprendidas podrían parecer muy dispares a primera vista. 250 persianas, 290 tablas tipo palé, 600 botellas de cristal, 8000 kilos de tierra… a primera vista, parecen no tener nada en común.
Pero, a pesar de sus diferencias, siguen en realidad un mismo patrón y aplican la misma filosofía de trabajo. Todos ellos permiten utilizar sistemas constructivos inclusivos y fomentar la participación de toda la comunidad. Para que esto fuera posible, todos los procesos de construcción se diseñaron para que fueran muy sencillos y no requirieran de una fuerza física excesiva.
Todo el proceso de construcción se ha diseñado para que cualquier persona que quisiera participar pudiera hacerlo, ya que el aprendizaje no duraba más de cinco minutos. Esa era la filosofía del proyecto: nuestro objetivo era que todo el mundo pudiera participar.
Consideramos a los habitantes de las áreas de intervención como colaboradores necesarios e imprescindibles, ya que son los únicos capaces de dotar a la propuesta de dimensiones socioculturales y de la resiliencia necesaria para darle continuidad una vez terminado el programa Alumbra Sevilla.
Todo el proceso de construcción se a diseñado para realizarse con construcciones muy simples, entonces toda persona que quisiera participar, pudo hacerlo perfectamente, ya que el aprendizaje costaba menos de cinco minutos. Esta era la filosofía del proyecto, ese nuestro objetivo, que todo el mundo pudiera participar.
Consideramos los vecinos como colaboradores necesarios e imprescindibles, los únicos capaces de dotar nuestra propuesta de más dimensiones y de la resiliencia necesaria para darle continuidad
una vez terminado el programa Alumbra Sevilla
Se nos pidió una intervención artística para la iluminación navideña del barrio y, en nuestra visión, eso se transformó en un programa para empoderar tanto a adultos como a niños mediante la enseñanza de diferentes técnicas de construcción de baja tecnología. Construimos junto con ellos algunos equipamientos necesarios para sus propias actividades y, al mismo tiempo, se le ha proporcionado herramientas y materiales para que puedan utilizar estas técnicas de forma independiente en el futuro.
Siempre nos gusta apoyar iniciativas ya activas en un territorio, a soporte de personas que ya están trabajando y comprometidas a nivel local con un objetivo común, de esta forma se crean iniciativas resilientes y con perspectiva de continuidad. En este caso, la comunidad, que rechazó el asistencialismo, reclamaba oportunidades y ha demostrado con los hechos, y no solo con palabras, que puede asumir con éxito un papel protagonista en la construcción de su entorno.
Una vez más, decidimos enfocar menos en los volúmenes y en los materiales y mucho más en la gente. Su implicación demuestra que la gente se interesa por la arquitectura cuando esta demuestra interés por la gente, y eso nos anima a seguir produciendo arquitecturas para y con la gente.
Desde el principio, los equipamientos se concibieron como una herramienta para la formación y el empoderamiento construida con, por y para los agentes sociales involucrados. Por eso, siguiendo su filosofía de trabajo, su forma de entender la ciudad y los procesos participativos, Ctrl+Z los ha oficialmente cedido en uso compartido al Instituto Murube y a la Asociación Verdes del Sur. Se entiende la cesión como la entrega de los frutos del trabajo propio de los agentes locales involucrados y de unos recursos que, en nuestra visión, tienen más sentido en sus manos que en las nuestras. Confiamos en que los llenen de vida y que los disfruten en pro de la comunidad.
Las arquitecturas que producimos cobran significado cuando están llenas de vida y es, por eso, la gente la que dota a estos espacios y iniciativas de sentido. Nada es sostenible si no se utiliza y los equipamientos infrautilizados se degradan rápidamente.
En la cúpula de madera, el orden y la organización de cada pieza de madera permiten su construcción y dotan el conjunto de una fuerza mucho superior que la de sus elementos constitutivos. El montaje de cada una de las piezas es sencillo, casi irrelevante.
Procesos similares ocurren con los habitantes a la hora de la construcción sociocultural y de la significación los barrios y de sus espacios; todo es cuestión de equilibrios, energías y organización. Los vecinos construyen los barrios día a día con pequeños trabajos diarios, con trabajos casi anónimos. La suma de todos ellos, su orden y su organización contribuyen a crear de una comunidad fuerte y de un barrio mejor.
Poco a poco tabla a tabla y cubo a cubo, gracias a la organización de la obra y de la comunidad, la suma de estas acciones acciones diarias, simples, repetitivas y cotidianas, ha construido realidades y conjuntos que superan con creces la suma de las acciones individuales y de las potencialidades de los elementos que los constituyen.
Los vecinos seguirán escribiendo una nueva narrativa para su realidad, una narrativa que ya llevan mucho tiempo escribiendo tilapia a tilapia, plantón a plantón. Esperamos que nuestra aportación les ayude a expandir y difundir su trabajo y que reciba el merecido reconocimiento a todos los niveles.
Las técnicas y los materiales utilizados así como las acciones emprendidas podrían parecer muy dispares a primera vista. 250 persianas, 290 tablas tipo palé, 600 botellas de cristal, 8000 kilos de tierra… a primera vista, parecen no tener nada en común.
Pero, a pesar de sus diferencias, siguen en realidad un mismo patrón y aplican la misma filosofía de trabajo. Todos ellos permiten utilizar sistemas constructivos inclusivos y fomentar la participación de toda la comunidad. Para que esto fuera posible, todos los procesos de construcción se diseñaron para que fueran muy sencillos y no requirieran de una fuerza física excesiva.
Todo el proceso de construcción se ha diseñado para que cualquier persona que quisiera participar pudiera hacerlo, ya que el aprendizaje no duraba más de cinco minutos. Esa era la filosofía del proyecto: nuestro objetivo era que todo el mundo pudiera participar.
Consideramos a los habitantes de las áreas de intervención como colaboradores necesarios e imprescindibles, ya que son los únicos capaces de dotar a la propuesta de dimensiones socioculturales y de la resiliencia necesaria para darle continuidad una vez terminado el programa Alumbra Sevilla.
Desde el principio, sabíamos que no todos los objetivos y las vocaciones locales se podrían satisfacer en el marco del calendario del programa Luces de Barrio 2016.
Nuestra forma de trabajar no se enfoca en el objeto arquitectónico construido, sino en su capacidad para promover los objetivos y los programas que lo hicieron necesario y que pertenecen a las comunidades locales. Por eso, en Ctrl+Z, las inauguraciones no significan la conclusión de los proyectos, sino realmente el inicio de una nueva etapa. Este caso no es una excepción.
Seguiremos trabajando en una segunda fase que se desarrollará de forma independiente del proyecto inicial. Su objetivo será completar algunas estructuras construidas y reconvertir elementos lumínicos de la inauguración para ponerlos a servicio de los agentes sociales implicados.
Este proceso servirá para seguir trabajando junto con la comunidad local con técnicas de construcción de baja tecnología, comprobar su aplicabilidad, promover el intercambio de conocimientos y, de paso, hacer un uso más eficaz de los recursos públicos implicados.
En la Barriada Murillo se crean día a día nuevas narrativas que no solo hablan de cultivo, sino también de autoempleo y creación de empresas. Labores como las de Verdes del Sur y del IES Murube hacen posibles estas narrativas y demuestran que su creación a nivel local es viable. Os invitamos a acercaros y conocer de primera mano estas realidades de la Barriada Murillo del Polígono Sur.
Un proyecto de Ctrl+Z (Gianluca Stasi) y ScenoteckniaB (Begoña Almenar Benavent) en la Barriada Murillo del Polígono Sur para el programa Alumbra Sevilla 2016, del “Área De Hábitat Urbano, Cultura Y Turismo Del Ayuntamiento De Sevilla”. Comisarios: Nomad Garden. Relatores: Surnames. Producción: El Mandaito.
En colaboración con:
Asociación Verdes del Sur
(Pepe Lobillo Eguíbar, Juan Manuel Blanco Cabrera, Daniel Francisco Gutiérrez Cabrera, Alejandro Ponce Nieto, Ángela de la Cruz Blanco Cabrera, Antonio Grande Rojo, Francisca de Asís Blanco Cabrera, Josefina Blanco Cabrera, Concha Pacheco Sánchez, Julian Trenado Gómez, Manolo Vallejo Molina, Mercedes Silva Montes, Pedro García Polo, Rosa García Alvarez, Eusebio Bereginal Casas, Purificación Cabrera, Sergio Rosado Camacho, Jenifer Montalbán Coca, Francisco Isidro Ledesma)
IES Joaquín Romero Murube
Con la participación de los alumnos del 2° y 3° años del PMAR y sus profesores
(Gloria Rodríguez Cano, Juan Antonio González Caballero, Jorge Herrero Merino, Jerónimo Bracho Alemán, Belén Caracena Márquez, Fco. Javier González Sánchez)
Ayuda y soporte para la realización del proyecto:
Javier Navarro Hidalgo, Ignacio Sánchez Martín, Javier Moreno, Horacio Pérez Real, Antonio Serrano Jiménez, Luca Borsari, Francisco del Campo Cortés, Marco Dalla Bona, Alex Lahuella, Manuel Cantillana Castro, Tiziana de Angelis, Delvis Leonor Pérez Saltarén, Germán López Mena, Luciano Auguri, Patrik, Alex, Miguel…
Agradecimientos:
Contenedor Slow Food Restaurant
Taberna – Restaurante El Rinconcillo
Dos Lunas Teatro
Artistas invitados en la inauguración:
Raúl Cantizano, El Pelícano Mecánico (Ignacio Rodríguez Llinares), La Compañía de las Máquinas de Flamenco, Ernesto Ojeda.
NOTA:
Nos gustaría agradecer a los comisarios y a los vecinos por la oportunidad y la confianza que nos han brindado.
Os presentamos también unas fotos de Fernando Alda.
Para mayor información os invitamos a visitar su web.
ATENCIÓN: ESTE INICIATIVA SE HA DESARROLLADO CON EL APOYO DEL PROGRAMA “PROYECTOS SOLIDARIOS” DEL COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS DE SEVILLA EN COLABORACIÓN CON LOS PMAR DEL IES JOAQUÍN ROMERO MURUBE.
Una vez inaugurada, el centro ha utilizado la infraestructura como aula exterior y para reuniones, talleres y eventos en los que se abre al barrio. Asociaciones locales como Entre Amigos, Verdes del Sur o La Cúpula de las Letras, el club de lectura del instituto que acabó dando nombre al equipamiento, han encontrado en la cúpula un lugar apropiado para sus actividades.
La adecuación de la propuesta a las dinámicas del instituto y de las asociaciones del barrio con las que la comparte, hizo que la cúpula adquiriese un gran valor simbólico y que los agentes locales se implicaran y responsabilizaran de su cuidado, de modo que ha perdurado siete años en uso.
El espacio sombreado también es utilizado por los usuarios de los huertos escolares y vecinales presentes en el patio. Todo esto ha consolidado la cúpula como un elemento identitario a nivel local.
Aunque se realizó en el marco de un programa de pocas semanas de duración, su diseño y construcción se plantearon para perdurar, y pudo hacerlo gracias a la sinergia creada con los agentes locales y sus necesidades. Sin embargo, el sol de Sevilla, implacable con los elementos de madera, y sobre todo la falta de mantenimiento durante la pandemia, que aceleró su deterioro, provocaron que en 2023 se decretara un cierre temporal para su renovación.
En 2024, gracias al apoyo del programa Proyectos Solidarios del COAS, se legaliza y adecúa la cúpula a equipamiento de uso cultural, sustituyéndola por una instalación arquitectónica permanente. Con la nueva construcción se quiso dar continuidad y respaldo legal a la infraestructura y a las iniciativas que la llenan de vida y de sentido social.
La única razón por lo que una comunidad invierte energías durante siete años para mantener un equipamiento es que este haya conseguido cobrar sentido dentro de sus mapas mentales, es decir, que haya conseguido crear coincidencias con sus aspiraciones y dinámicas.
La única razón por la que un equipamiento de este tipo construido con materiales inapropiados para tal fin, haya podido durar siete años, es que la comunidad lo ha mantenido directamente e indirectamente durante todo este tiempo.
Al alinear sus objetivos con los de la comunidad local, la Cúpula de las Letras maximiza su duración en el tiempo, lo que aumenta la eficacia de una inversión medioambiental ya reducida gracias a la elección de materiales y técnicas respetuosas con el medio ambiente.
La sostenibilidad y la inclusión no son valores añadidos en un segundo momento, sino la base de esta iniciativa, que a pesar de su imagen icónica ha sabido integrarse de forma armónica en los entornos construidos y socioculturales que la acogen. El proyecto se caracteriza por un uso responsable y diligente de los fondos públicos, enfocado a las exigencias y deseos de las comunidades destinatarias, y maximiza su eficacia en términos de bien común gracias a su larga duración.
Proyectos como Cúpula de las Letras demuestran la oportunidad y la conveniencia de realizar proyectos mirando a los ojos las comunidades y los territorios en los que se desarrollan.
El valor social y urbano de las actividades que permitirá desarrollar, es lo que motiva y justifica ambos su mantenimiento por parte de la comunidad, así como la dotación económica recibida para su consolidación en un elemento arquitectónico permanente.
Demuestran también la eficacia económica y sociocultural de propuestas que apuestan por promover la convivencia y, con ella, la colaboración; propuestas que surgen, se basan y se calibran en las realidades locales y que se coordinan con los agentes sociales que ya operan sobre el territorio, para promover entornos más inclusivos y sostenibles.
Una vez inaugurada, el centro ha utilizado la infraestructura como aula exterior y para reuniones, talleres y eventos en los que se abre al barrio. Asociaciones locales como Entre Amigos, Verdes del Sur o La Cúpula de las Letras, el club de lectura del instituto que acabó dando nombre al equipamiento, han encontrado en la cúpula un lugar apropiado para sus actividades.
La adecuación de la propuesta a las dinámicas del instituto y de las asociaciones del barrio con las que la comparte, hizo que la cúpula adquiriese un gran valor simbólico y que los agentes locales se implicaran y responsabilizaran de su cuidado, de modo que ha perdurado siete años en uso.
El espacio sombreado también es utilizado por los usuarios de los huertos escolares y vecinales presentes en el patio. Todo esto ha consolidado la cúpula como un elemento identitario a nivel local.
Aunque se realizó en el marco de un programa de pocas semanas de duración, su diseño y construcción se plantearon para perdurar, y pudo hacerlo gracias a la sinergia creada con los agentes locales y sus necesidades. Sin embargo, el sol de Sevilla, implacable con los elementos de madera, y sobre todo la falta de mantenimiento durante la pandemia, que aceleró su deterioro, provocaron que en 2023 se decretara un cierre temporal para su renovación.
En 2024, gracias al apoyo del programa Proyectos Solidarios del COAS, se legaliza y adecúa la cúpula a equipamiento de uso cultural, sustituyéndola por una instalación arquitectónica permanente. Con la nueva construcción se quiso dar continuidad y respaldo legal a la infraestructura y a las iniciativas que la llenan de vida y de sentido social.
La única razón por lo que una comunidad invierte energías durante siete años para mantener un equipamiento es que este haya conseguido cobrar sentido dentro de sus mapas mentales, es decir, que haya conseguido crear coincidencias con sus aspiraciones y dinámicas.
La única razón por la que un equipamiento de este tipo construido con materiales inapropiados para tal fin, haya podido durar siete años, es que la comunidad lo ha mantenido directamente e indirectamente durante todo este tiempo.
Al alinear sus objetivos con los de la comunidad local, la Cúpula de las Letras maximiza su duración en el tiempo, lo que aumenta la eficacia de una inversión medioambiental ya reducida gracias a la elección de materiales y técnicas respetuosas con el medio ambiente.
La sostenibilidad y la inclusión no son valores añadidos en un segundo momento, sino la base de esta iniciativa, que a pesar de su imagen icónica ha sabido integrarse de forma armónica en los entornos construidos y socioculturales que la acogen. El proyecto se caracteriza por un uso responsable y diligente de los fondos públicos, enfocado a las exigencias y deseos de las comunidades destinatarias, y maximiza su eficacia en términos de bien común gracias a su larga duración.
Proyectos como Cúpula de las Letras demuestran la oportunidad y la conveniencia de realizar proyectos mirando a los ojos las comunidades y los territorios en los que se desarrollan.
El valor social y urbano de las actividades que permitirá desarrollar, es lo que motiva y justifica ambos su mantenimiento por parte de la comunidad, así como la dotación económica recibida para su consolidación en un elemento arquitectónico permanente.
Demuestran también la eficacia económica y sociocultural de propuestas que apuestan por promover la convivencia y, con ella, la colaboración; propuestas que surgen, se basan y se calibran en las realidades locales y que se coordinan con los agentes sociales que ya operan sobre el territorio, para promover entornos más inclusivos y sostenibles.
La reforma de La cúpola de las letras es un proyecto de Ctrl+Z (Gianluca Stasi) realizado en la Barriada Murillo del Polígono Sur en el marco del programa “Proyectos Solidarios” del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla y en colaboración con el I.E.S. Joaquín Romero Murube (Belén Caracena Márquez, Gloria Rodríguez Cano, Jorge Herrero Merino).
Este proyecto no habría sido posible sin la ayuda y soporte de:
Dionisio de la Rosa Morales, Ignacio Sánchez Martín, Juan Manuel Blanco Cabrera, Marcos Domínguez Alonso, Ignacio Rodríguez Llinares y Hakim Abdoul.
Asimismo, queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento al personal del COAS que se ha interesado por el proyecto y nos ha brindado asesoramiento en diferentes momentos de su desarrollo burocrático.
NOTA: En Mayo 2025, la cúpula de las letras ha recibido el Accésit en la categoría de diseño arquitectónico de los VI Premios COAS Arquitectura & Sociedad 2025 del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla.
La reforma de La cúpola de las letras es un proyecto de Ctrl+Z (Gianluca Stasi) realizado en la Barriada Murillo del Polígono Sur en el marco del programa “Proyectos Solidarios” del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla y en colaboración con el I.E.S. Joaquín Romero Murube (Belén Caracena Márquez, Gloria Rodríguez Cano, Jorge Herrero Merino).
Este proyecto no habría sido posible sin la ayuda y soporte de:
Dionisio de la Rosa Morales, Ignacio Sánchez Martín, Juan Manuel Blanco Cabrera, Marcos Domínguez Alonso, Ignacio Rodríguez Llinares y Hakim Abdoul.
Asimismo, queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento al personal del COAS que se ha interesado por el proyecto y nos ha brindado asesoramiento en diferentes momentos de su desarrollo burocrático.
NOTA: En Mayo 2025, la cúpula de las letras ha recibido el Accésit en la categoría de diseño arquitectónico de los VI Premios COAS Arquitectura & Sociedad 2025 del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla.
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